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jueves, 26 de enero de 2012

Casos de abducciones famosas

 

A continuación extraemos tres casos que fueron noticia en su tiempo y que en algunos casos  han vuelto a ser noticia, como El caso del Cabo Armando Valdés.


El Caso de Betty y Barney Hill, 19-Septiembre-1961.
El primer caso reconocido de abducción se remonta al 20 de septiembre de 1961. Betty y Barney Hill viajaban en coche por New Hampshire, hacia la medianoche cuando vieron un “objeto en forma de empanadilla con dos hileras de ventanas” que parecía seguirles. Barney abandonó la carretera y se deslizó hasta situarse a unos 25 m de “una enorme nave en forma de anillo con una especie de aletas y luces rojas que producían un extraño zumbido “.
Aterrorizados, los Hill aceleraron para huir, pero el coche empezó a vibrar. Luego, oyeron un extraño sonido y se vieron envueltos por una neblina. Más tarde, cuando llegaron a su casa, se dieron cuenta de que sus relojes habían estado parados durante dos horas, pero no fueron capaces de recordar lo ocurrido durante ese tiempo. Posteriormente, ambos tuvieron pesadillas y aceptaron someterse a una terapia conocida como regresión hipnótica para descubrir lo que les había ocurrido.
Betty Barnie Hill
La regresión hipnótica permite aflorar el subconsciente y los recuerdos ocultos. Los Hill declararon bajo hipnosis haber sido transportados a bordo del ovni por “alienígenas de un metro y medio de estatura, de piel grisácea, cabezas sin pelo y en forma de pera y oblicuos ojos de gato”.
Betty hizo un vívido retrato de lo que había ocurrido durante esas dos horas. Recordó haber sido sometida a un examen médico. Contó que le extrajeron muestras de la epidermis y le introdujeron una larga aguja por el ombligo como parte de lo que ella llamó una “prueba de embarazo”. También le enseñaron un mapa de Zeta Reticuli. Betty Hill cree que los alienígenas le mostraban el lugar de donde procedían.
El Caso del Cabo Armando Valdés, 25-Abril-1971.
Ocho soldados que se encontraban patrullando la zona, junto al Cabo Armando Valdés, el protagonista de este hecho, divisaron una luz muy potente. Como él mismo diría a la televisión a los pocos días del hecho: ”La luz estuvo allí toda la noche. Nadie sabía de qué se trataba. Hasta que empezó a descender…Pero al fin, cuando descendía de la montaña, lentamente nos parecieron dos luces. Una siguiendo a la otra, desde muy cerca”.
Valdés increpó hacia la luz, pidiéndole que se identificara, avanzó y penetró en una extraña niebla para desaparecer completamente. “De los quince minutos, no recuerdo nada. Los conscriptos dicen que al entrar en la niebla me esfumé, yo sabía que estaba entrando en la niebla, pero no recuerdo más. Les aseguro que quiero recordar porque necesito saber qué sucedió. Lo único que guardo en mi mente es haber tenido un sueño profundo, haber caído en el fondo de un abismo y en lo demás mi cerebro está vacío. ¡Quiero saber qué pasó!”.
cabo-valdes-2
“Cuando reaparecí, tras quince minutos, los muchachos oyeron mis gritos detrás de donde ellos estaban cuando me esfumé. Era una zona oscura, allí reaparecí, donde no llegaba la luz que emitió el objeto. Yo decía: ¡Muchachos… muchachos… socorro!. Dos llegaron justo en el momento en que perdía el conocimiento, yo no recuerdo ninguna cosa, más tarde, desperté, pero ya no estaba en aquel lugar, sino en la enfermería”.
“Quiero saber qué me pasó durante esos quince minutos, tengo que averiguarlo, no voy a poder vivir con esa incógnita”.
Entre los fenómenos ocurridos en los quince minutos que duró la abducción, se destaca:
El calendario del reloj digital se adelantó algunos días.
- A Valdés, le creció la barba algunos milímetros.
El Caso de Próspera Muñoz, verano de 1947.
Probablemente los hechos tuvieron lugar en el verano de 1947. Aquel año –donde las noticias de platillos volantes empezaban a asomar tímidamente en las páginas de periódicos de todo el mundo– en una casa de campo situada en las inmediaciones del pueblecito murciano de Jumilla (España).
El verano de 1947 –en un pueblo de España llamado Jumilla– cambió la vida de una niña llamada Próspera Muñoz. En las inmediaciones de la casa vio como aterrizó un objeto discoidal, del cual salieron dos seres extraterrestres, los cuales iban a abducirla para someterla a pruebas y experimentos.
Próspera y Ana, dos niñas de 7 y 11 años respectivamente, ven cómo un objeto discoidal se sitúa, a plena luz del día, en las inmediaciones de une de las ventanas de la casa. De él salen dos seres de entre 1,40 y 1,20 metros de altura, vestidos con trajes blancos ajustadísimos, de cara muy delgada, complexión débil y enormes ojos alargados hacia los laterales, que acaban entrando en la casa y entablando una conversación –bastante anodina, por cierto– con las niñas.
Prospera Muñoz
A partir de ese momento Ana, la mayor de las dos hermanas, no recuerda prácticamente nada. «Tengo la impresión –afirma en una carta fechada en Febrero de 1986 y dirigida al Investigador José Ruesga– como si en aquellos momentos tuviese veinticuatro o cuarenta y ocho horas en blanco. No sé sise marchó el objeto o si se quedó. Por más que mi hermana intenta que recuerde, no recuerdo nada más». Afortunadamente para nosotros. Próspera ha ido rescatando de su memoria aquellos hechos, rememorándolos con mucha nitidez. Aquellos visitantes, tras pedir un vaso de agua –que nunca llegaron a tomar– e interesarse por las fases de la Luna que aparecían marcadas en un calendario de pared, volvieron a desaparecer, tras asegurar a ambas niñas que regresarían pronto a por una de ellas. Desde su partida, una serie de insólitos acontecimientos rodearon la vida de la familia Muñoz durante los días siguientes: la puerta de la despensa se bloquea, los alimentos se pudren en su interior con inusitada rapidez, como afectados por algún tipo de radiación y los extraños seres acaben reapareciendo al cuarto día llevándose a Próspera a bordo de un OVNI estacionado, en plena noche, sobre un gran campo de olivos.
Una vez dentro le enseñan, a través de una especie de gran «pantalla de cine», escenas cotidianas de Próspera Muñoz y su familia tal y como –al parecer– fueron recogidas por los tripulantes de aquel OVNI días atrás. Como sucede en tantos otros casos de abducción, a Próspera la tumban sobre una camilla y realizan sobre ella una serie de análisis médicos que concluyen con una especie de operación quirúrgica en la que le es insertado una especie de «microcápsula» en la base del cuello… Y después, más de tres décadas de silencio.
Fuente:  http://www.terrorifico.es/2009/11/casos-de-abducciones-famosas/

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