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domingo, 19 de febrero de 2012

España entra en la carrera del turismo espacial



Los amantes de espacio podrán elegir en pocos años con qué compañía quieren viajar para emular a los astronautas. Incluso es posible que en menos de una década no haya que salir de España para experimentar algunos minutos de ingravidez.
Las empresas que ofrecen vuelos suborbitales cuentan con un nuevo competidor, un consorcio internacional llamado Booster en el que participan dos empresas españolas, Elecnor Deimos Space y Aernnova Engineering.
El fundador del proyecto, el británico James Murray (Bahamas, 1972), espera iniciar su programa de vuelos suborbitales privados a partir de 2016 o 2017. Los primeros vuelos partirán, previsiblemente, desde EEUU. Sin embargo, Booster contará con su propio minitransbordador, que podrá despegar desde cualquier aeropuerto del mundo. Por ello, el piloto e ingeniero Murray espera que España se convierta en la base europea desde la que despegarán los vuelos de su compañía en España. Un programa que podría iniciarse dos o tres años después del comienzo de las operaciones en EEUU. Así lo aseguró a EL MUNDO durante la presentación de su proyecto.
Y es que, a diferencia de otras propuestas de vuelos suborbitales, el objetivo de esta compañía es contar con varias naves espaciales que despegarían desde distintos lugares del mundo. La oferta de Booster se suma a la de otras compañías espaciales como Virgin Galactic (propiedad del multimillonario Richard Branson) o Space Adventures.

Ingravidez por 151.000 euros

Por 200.000 dólares (unos 151.000 euros), los pasajeros podrán experimentar entre cuatro y seis minutos de ingravidez y disfrutar de las vistas de la Tierra a 100 kilómetros de altitud. El precio también incluirá el entrenamiento durante los días anteriores al vuelo, que durará aproximadamente una hora.
Según explicó durante la presentación de su proyecto a EL MUNDO, James Murray, confía en que dentro de unos años serán capaces de bajar el precio y ofrecer billetes por 150.000 o 100.000 dólares: "Queremos hacer el espacio accesible combinando la tecnología aeronáutica y la espacial".
Murray sostiene que viajar al espacio se ha convertido en una cuestión económica: "Ya no es un problema técnico. Tenemos la tecnología, hemos pasado 50 años desarrollándola. Pero no la hemos utilizado para hacer asequible el acceso al espacio", señala.
El objetivo de este ingeniero es lograr que los viajes al espacio sean seguros y tengan un coste razonable: "Hay mucha gente que quiere ir al espacio si el precio es adecuado", añade.
Si todo marcha según lo previsto, calcula que en un periodo de una década llevarán al espacio a 2.000 personas cada año.

100 kilómetros de altura

El minitransbordador espacial tendrá capacidad para 10 personas (dos pilotos y ocho pasajeros), aunque también ofrecerán sus servicios a las empresas y a los científicos, por lo que el interior puede ser adaptado según sus clientes.
La nave despegará a lomos de un avión comercial similar a un Airbus 300 modificado, de modo que el lanzamiento se podrá hacer desde cualquier aeropuerto. Al alcanzar los 10 kilómetros de altura, el ministransbordador se liberará de la nave nodriza y pondrá rumbo al espacio. Cuando alcance los 100 kilómetros, los pasajeros experimentarán la ingravidez durante algunos minutos en la cabina de tres metros, equipada con amplios ventanales para disfrutar de las vistas. Después, regresará a la Tierra, donde aterrizará como si fuera un avión convencional.
La construcción del vehículo llevará unos tres años y los vuelos de prueba se prolongarán durante otros dos años, por lo que confían en que la nave comience a operar en 2016 o 2017. Sin embargo, Murray subraya que el espacio es un sector que avanza muy rápidamente y cada seis meses se producen cambios.

La oferta de vuelos suborbitales

El británico no se muestra preocupado por la competencia de otras compañías que lanzarán vuelos suborbitales antes que Booster, como Virgin Galactic. Aunque sus propuestas son parecidas, Murray está convencido de que hay mercado para todos y sus ofertas estarán diferenciadas: "Durante los dos próximos años, escucharemos a la gente para saber lo que quiere. Nuestros clientes pagarán mucho dinero y serán muy exigentes".
Su principal rival será Virgin Galactic, la primera que previsiblemente comenzará con los vuelos suborbitales privados, para los que ya ha recibido 460 reservas. Richard Branson y sus familiares formarán parte de los tripulantes del primer vuelo, cuyo despegue está previsto para la próxima Navidad. Si todo va según lo previsto, los turistas que ya han hecho su reserva comenzarían a volar en 2013. Sin embargo, el programa ha sufrido ya en el pasado varios retrasos. El precio es el mismo que el de Booster, 200.000 dólares (151.000 euros) e incluyen el vuelo de dos horas y media de duración y los entrenamientos de los días previos en Spaceport América. Se trata del el puerto espacial de Nuevo México (EEUU) desde el que despegarán los vuelos de Virgin Galactic.
La estadounidense Space Adventures, por su parte, planea ofrecer dentro de dos años una experiencia suborbital de media hora de duración que costará 84.000 euros. Ya hay 200 reservas.
A diferencia de estas dos compañías, los billetes para viajar en el ministransbordador de Booster no están aún a la venta. "No aceptaremos reservas hasta que podamos decir a los clientes la fecha en la que volarán", explica James Murray.
El ingeniero británico se muestra muy satisfecho por la incorporación a Booster de las españolas Elecnor Deimos Space y Aernnova Engineering: "Elegimos dos empresas punteras y estamos encantados de tenerlas a bordo. No sólo por su valiosa contribución tecnológica. Están muy implicadas en el proyecto", asegura.
 
Fuente:   elmundo

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