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jueves, 30 de agosto de 2012

Científicos perseguidos por sus conocimientos: Giordano Bruno


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A lo largo de la historia, han habido muchos científicos que, con sus descubrimientos, han ido en contra del paradigma dominante de la época y por eso han sido perseguidos, algunos incluso asesinados, por el simple hecho de revelar al mundo sus investigaciones.
 Giordano Bruno.

Sus primeros años

Giordano Bruno nació en Italia en 1548, en un momento de la historia occidental en el que todos los aspectos de la vida social (en Europa) estaban marcados por la Iglesia Cristiana. La ciencia misma era dictada siempre dentro de los márgenes que imponía la religión y no se podía decir nada que contradijera las escrituras.
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Su formación como monje y como hombre de ciencia

En este contexto, Giordano Bruno realizaba su carrera como monje, aunque no podía evitar tener interés en la naturaleza y en los fenómenos que ocurrían en el cielo. Luego de obtener su título de Doctor en Teología, viajó a Inglaterra en donde se dedicó de lleno al campo de la ciencia.
En la Universidad de Oxford, Giordano Bruno asistió a los cursos de cosmología copernicana, en donde se instruyó en el entonces arte de la astronomía y también en ciencias físicas.
En aquel entonces, el estudio de la física se limitaba a los textos aristotélicos (especialmente física) y se tomaba como verdad absoluta las palabras de Aristóteles. Aristóteles había realizado afirmaciones sobre hechos del mundo en base a su intuición, pero sin observar si era lo que ocurría en la realidad. Durante los siguientes 2000 años nadie cuestionó esos textos.
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Giordano Bruno y la teoría copernicana

La cosmología copernicana desafiaba las viejas creencias acerca de la naturaleza que habían dominado durante milenios, inmanentes, especialmente la teoría geocéntrica. Defender esas ideas novedosas acerca del movimiento y del firmamento le costó muy caro a Giordano Bruno.
Giordano Bruno tuvo una obra prolífica fundamentalmente dedicada a la ciencia y al esoterismo. Escribió un libro acerca de la infinitud del universo y de la multiplicidad de sistemas solares. Aunque hoy nos parezca algo evidente, en aquel entonces la ciencia estaba ligada al sentimiento humano sobre sí mismo.
Se creía que la Tierra era el centro inmanente del universo porque apoyaba la idea de que los humanos tienen un rol protagónico en el universo. Copérnico planteó exactamente lo opuesto: que la Tierra no es el centro del Universo, que es ella la que gira alrededor del astro sol y que ni siquiera el Sol es el centro del Universo, sino que es uno más entre infinitos soles. Para la Iglesia esto era poco más que un atentado hacia el hombre y, especialmente, hacia Dios.

El trágico final de Giordano Bruno

Hacia finales del siglo XVI, Bruno retornó a Italia y fue entonces aprehendido por la Inquisición. Había escrito varios textos defendiendo las teorías de Copérnico acerca de los astros. Estuvo 8 años preso mientras se desarrollaba el juicio en el que se le acusaba de traición y herejía. Estas eran acusaciones muy serias y enfrentaba la pena de muerte en la hoguera.
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Muchas veces se le ofreció retractarse de sus opiniones pero él siempre se negó. Giordano Bruno podría haber salvado su vida con tan sólo decir públicamente que sostenía la verdad de la teoría geocéntrica. Pero se negó, y hasta el momento en que lo subían a la pira, sabiendo que iba a ser quemado vivo, siguió con su firme apego a lo que él consideraba cierto.
Probablemente sabía que algún día la historia reconocería los hechos y saldría a la luz la injusticia con que se lo trató simplemente por decir lo que pensaba. Y tenía razón.


 
Fuente:    ojocientifico

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